Consejos sobre Jugos y Compotas para Niños y Bebés

Para preparar alimentos a base de fruta para los bebés y niños pequeños, es necesario tomar en consideración algunos temas de desarrollo, nutrición salud e higiene. Las frutas (como todos los alimentos expuestos a contaminación, insecticidas, agua o manos sucias, fungicidas, tierra) se deben lavar tan pronto se compran y en el momento de preparar el jugo o la compota. Los utensilios que uses (taza, cuchillo, exprimidor, cuchara, licuadora) deben estar igualmente limpios y mantenidos a cubierto de insectos. Una vez preparado el jugo, debe ser consumido inmediatamente, pues con el paso del tiempo pierden su vitamina C, que es lo más importante de su contenido. Como cualquier otro alimento distinto a la leche, se le debe dar al niño pequeño con cucharita y al más grandecito en vaso.

Sobre su conveniencia de darlo o no en biberón se ha escrito mucho, pero la mayoría de especialistas no lo recomiendan. El biberón fue creado como una imitación del seno materno, y por este nunca ha salido jugo... Pero la verdadera razón de su inconveniencia es que, cuando se introduce el jugo, el niño todavía es muy pequeño y puede despreciar el pecho, pues descubre que es más fácil obtener el alimento en biberón. Por otra parte, para que el niño logre una madurez integral, debe abandonar la alimentación por succión a partir del año de edad. Esto será muy difícil si lo recibe todo con este aditamento.

Por otro lado, hay diferencias entre un jugo y una compota que pueden serte de utilidad a la hora de decidir cual darle a tu bebé. Los jugos cítricos y similares son fuente de vitamina C (ácido ascórbico) que es necesaria para la vida de los tejidos respiratorios y vasculares, y para prevenir el escorbuto. Las compotas por otro lado, se elaboran con las frutas llamadas carnosas (papaya, plátano, manzana, pera, mango, guanábana, melón, níspero) que son ricas en vitamina A; ésta es indispensable para la salud de la piel y los ojos y protege contra la llamada xeroftalmia (ceguera nocturna). Aunque algunas corrientes también recomiendan la exclusividad de leche materna en los 6 primeros meses como mínimo, se suele introducir las compotas y jugos a partir del segundo mes, cuando los niños son alimentados artificialmente, y a los 4 meses, cuando los niños son de pecho. Generalmente, se dan en la tercera comida del día, aunque también pueden mezclarse con el jugo en la segunda, es decir, a manera de desayuno.

Sobre los jugos y compotas naturales versus los de frasco, realmente no se justifican los alimentos procesados en países tropicales en los que abundan las frutas a lo largo del año en inmensa variedad. A estos productos industrializados y por lo tanto desnaturalizados, se les suele adicionar preservantes o vitaminas sintéticas que reemplazan las que se destruyen por el calor. Además, suelen tener excesivas adiciones de ázucar o sal, inconvenientes para la salud y totalmente innecesarias para los pequeños.

Nociones como éstas te permitirán tomar tus decisiones sobre la alimentación de tu hijo con una mejor información. Recuerda sin embargo que, para cualquiera de estos casos, debes consultar siempre cualquier cambio o reconsideración sobre la dieta de tu bebé con el pediatra o médico especialista.

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