El Amigo Imaginario

Aunque parezca extraño, no son pocos los niños que pasan por la etapa del amigo imaginario. Algunos suelen conversar con ellos debajo de sus camas. Otros los ven en el techo de su dormitorio, tal vez como hadas madrinas u otros personajes. También suelen incorporarlos en sus juegos, cuando conversan con ellos y con sus muñecos. En la mayoría de los casos son mentes sanas y altamente inventivas las que producen este tipo de fantasías, pero demuestran un cierto grado de soledad o bien es la reacción ante una situación angustiante para los niños.

Es por esto que los padres de familia, ante un comportamiento de este tipo, no deben buscar las razones en el niño, sino en su entorno; incluyéndose ellos mismos. Suele suceder, por ejemplo, cuando mamá espera un hermanito o cuando el pequeño no se relaciona con niños de su edad; entonces, se refugian en su imaginación y crean un amigo en quien pueden confiar y que los acompaña constantemente. Esta etapa puede durar de dos semanas a dos años, y disminuye gradualmente a medida que el niño se involucra más con compañeros de su edad. Sin embargo, si esta fase persiste más allá de los 5 años, conviene acudir a consulta con un psicólogo infantil.

Resulta entonces de vital importancia el proveer de un ambiente agradable y libre de conflictos al niño. Al mismo tiempo, el contacto continuo con niños de su edad promueven una mejor socialización del pequeño, que le permitirá manejar mejor sus temores y frustraciones. Los niños necesitan sentirse protegidos, seguros y sobretodo, escuchados. En la medida que tengamos esto en cuenta, nuestros hijos tendrán menos necesidad de buscar en su imaginación para cubrir aquellos vacios emocionales. Para ser padres, también es necesario vivir la paternidad.

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