El Desarrollo Social alcanza su "mayoría de edad" en el niño

A los tres años de edad, el niño deja atrás todos los excesos, efervescencias y paradojas de sus meses "inmaduros". Asume un aire formal, con mayor control de sí mismo. Alcanza la cúspide de su equilibrio. Ya está en capacidad y domina todas sus posiciones y movimientos.

La autonomía es ya una muy agradable sensación, experimentada a través de algo tan simple como vestirse solo, ponerse los zapatos, ayudar en las tareas domésticas, dibujar, comer sin derramar la sopa ni ensuciarse con el plato de fondo.

En el mismo sentido, ya controla plenamente sus esfínteres de día y de noche, y no necesita que nadie lo "asesore" en el baño. Sus capacidades intelectuales han avanzado prodigiosamente, dominando el lenguaje y dejándose entender con facilidad.

Empieza unas irrefrenables ganas por saberlo todo y una palabrita mágica se hace su mejor amiga: "¿Por qué?"

Su ingreso a la vida en sociedad se ve así lo suficientemente reforzada como para entrar de lleno en ella. Aprende a prestar atención a los demás, es más sociable, tiene correcta noción de grupos de personas, se considera en ellos y escucha a los adultos para aprender más. Gusta de la compañía de sus amiguitos de clase y le encanta ir a las fiestas de cumpleaños.


De todas maneras no te sorprendas si también le da su sitio a sus juegos solitarios. La imaginación encuentra más de una forma de manifestarse en esta maravillosa edad de la ilusión.

Y si tenías toda una rutina -aprendida a fuerza de desvelos- para que se duerma, olvídala. Tendrá cada vez menos necesidad de ella. Es normal si se levanta en la noche para ir al baño o para buscar algo de comer. Incluso una de sus mayores delicias será pasarse a la cama de los papás.

Para estos casos, algunas recomendaciones. A veces los padres solemos cometer el error de salir "a hurtadillas" de la casa, aprovechando que el pequeño duerme. Si el niño se despierta y no los encuentra, se sentirá muy mal y lo más probable es que llore desconsolado. Si la persona que por aquella circunstancia se quedó cuidándolo es de la familia, entenderá más fácilmente. Pero siempre hay que avisarle que se va a salir; así entenderá mejor su ausencia al despertar. También se recomienda esforzarse en ver las cosas desde su punto de vista, indicándole, por ejemplo, que siempre se le llevará a su cama una vez que se haya dormido. La consideración es una herramienta clave en nuestra relación con los hijos.

Una de las etapas de socialización más importantes se da en el Jardín de Infancia. Al ingresar a este nuevo mundo, el universo del pequeñín se transtorna. Querrá estar más seguido con su familia. Se le deberá explicar que eso seguirá siendo así, pero que en aquel lugar también tendrá muchos amigos con los cuales jugar.

Foto:
Once.es/ y Bioautismo.cl
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