Cómo evaluar y corregir las tareas de un niño en el jardín de infancia

La respuesta es fácil. De acuerdo a su avance y ritmo propios. No existe un modelo exacto de dibujo ideal para niños en edad de jardín. Lo que debe haber primero es un margen adecuado de tolerancia por parte de la maestra frente a los diferentes niveles en los pequeños que tiene a cargo en su clase. Esta es también una de las formas de definir el grado de exigencia de un centro de educación inicial.

Hay principios básicos que debe cubrir un niño en determinado momento del aprendizaje. Pero estos principios no se aprecian tanto en el resultado, sino en el procedimiento que siguen.

Antes de calificar el dibujo o
pintura hecho por el niño, la maestra debe observar si asume una postura correcta en la silla, si coge la crayola o pincel con firmeza y de la manera adecuada (dedo índice como guía, dedos anular y pulgar como apoyo), si sostiene la hoja con la otra mano, su concentración, si está atento a las instrucciones, si pinta con trazos definidos y buena presión sobre el papel, etc.

Luego viene la evaluación de los resultados. Hasta los tres o tres años y medio, éstos son secundarios. Luego, una vez dominados los pasos previos, pasan a ser más importantes. Hasta estas edades entonces debemos considerar el proceso más que el resultado. Evitemos ser demasiado exigentes, o enviar excesiva carga de actividades a la casa (una tarea diaria o dos interdiarias es más que suficiente). De lo contrario el niño podría terminar odiando esas actividades y perder toda motivación para hacerlas.

Seamos flexibles en la corrección, sobretodo en el caso de la tareas, donde no hemos podido observar todo el proceso, más que el resultado al recibirlas de vuelta. Si tenemos que hacer alguna corrección, señalar alguna falla, o escribir alguna precisión sobre la hoja de tarea, de preferencia hagámoslo con lápiz. Muchos papás apreciarían poder guardar de recuerdo estos trabajos, sin observaciones escritas a plumón sobre lo hecho por sus hijos. Ello también nos permitirá transmitir la señal correcta a los papás.

En las imágenes que te ponemos como ejemplos, consideramos que la primera sí requería de indicaciones (las cuales se aprecian en escritura y círculos rojos), precisando que los trazos no debían salir tanto de los bordes, o dejarse espacios en blanco muy evidentes, pero se podrían haber escrito con lápiz. En la segunda imagen, los espacios en blanco son tan pequeños que no ameritaban una corrección, tal como se hizo; bastaba con la "estrellita" como reconocimiento.

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