LA BRUJITA FLOR

Había una vez una brujita muy guapa y buena que se llamaba Flor. Vivía en una preciosa casita pintada con los colores del arco iris.

La brujita todas las mañanas cuidaba su jardín con esmero porque lo que más le gustaba a Flor eran las flores. Su jardín desprendía un fresco y perfumado aroma y todas las personas que pasaban por delante se quedaban prendadas de tanta belleza.

Una tarde Flor había ido a visitar a su tía, la brujita Violeta, y un grupo de niños y niñas se pusieron a jugar con una pelota delante de su casa, con tan mala suerte que ésta cayó dentro del jardín. Para recogerla todos saltaron la valla y pisaron las preciosas flores dejando el jardín de la brujita destrozado.

Cuando Flor regresó y se encontró aquel destrozo, las lágrimas se agolparon en sus ojos y sintió que un enfado mayúsculo la llevaba corriendo a buscar su bola de cristal a la que preguntó:

Dime, bolita preciosa, ¿quién ha podido destrozar mi precioso jardín? La bola le respondió:

- Unos niños y unas niñas que, cuando estaban jugando a la pelota, le dieron tan fuerte que saltó la valla y se coló en tu jardín, y todos entraron a recogerla.

Flor montó en cólera y por su boca salieron unas palabras mágicas: - Tururú rurutú, tábano, rábano, que los niños que destrozaron mi jardín se conviertan en gusanos.

Y de repente todos los niños y las niñas que habían destrozado el jardín de Flor se convirtieron en gusanos.

Las madres y los padres cuando vieron a sus hijos - gusanos se pusieron a llorar y a preguntarse la razón por la que sus preciosos retoños eran ahora vulgares orugas, hasta que un niño que no había podido jugar porque estaba en silla de ruedas, les contó lo que había pasado.

Entonces los padres decidieron arreglar el jardín de la brujita Flor cuando ella no estuviera y todos llevaron macetas y plantas para reponer el daño que sus hijos habían causado.

Cuando Flor regresó se llevó una grata sorpresa al ver como alguien había repuesto todas las plantas dañadas y le preguntó a su bola de cristal:

- Bolita mía, ¿quién ha plantado estas preciosas flores? - Las madres y los padres de los niños que tú has convertido en gusanos, y con sus lágrimas han regado tu jardín. - Respondió la bola de cristal.

Flor convirtió a los gusanitos en niños, pidió perdón por haberse enfadado tanto y anunció a todos que daría una gran fiesta.

La fiesta duró toda la noche y a ella acudieron padres, madres, niños, niñas, animalitos del bosque, brujitas, hadas y duendes.

Y tú no fuiste porque no quisiste.

(Texto: Araceli Míguez Salas)
(Fotos: VK)

Broche brujita de fieltro de colores verde, negro y pelo naranja, adornada con lentejuelas y abalorios para lucir más coqueta. Una brujita tan linda como una flor.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa

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