Gran labor de educadores voluntarios tras terremoto en China

Más de sesenta mil muertos, reportados hasta la fecha, son los datos que se tiene de uno de los más devastadores terremotos sufridos por China en su historia. Pero debemos recordar que, debajo de las estadísticas, están los cientos de niños y papás que no se verán nunca más.

El gobierno chino organizó para estos pequeños huérfanos del sismo jardines de infancia en carpas o tiendas de campaña para ayudarlos, a través de la vuelta al aprendizaje, a recuperar aunque sea un poco de sus vidas perdidas en aquellos pocos pero interminables minutos.

En estas tiendas se han reunido decenas de educadores profesionales voluntarios, los cuales acogen a los niños y les brindan atención. La CNN difundió un reportaje de algunos de estos kindergarten temporales, a los que los niños más afortunados (aquellos que sólo perdieron a un padre) volvían al aula improvisada en la ciudad de Shifang.

Según el encargado del programa, el primer objetivo es lograr que los niños se sientan seguros ahí, para luego poder hablar de lo que vivieron y empezar a sanar heridas. Los niños deben tener la certeza de que no están solos, que están junto con ellos, y con otros niños; que son queridos.

De acuerdo con el Gobierno Chino, más de siete mil aulas fueron destruidas por el terremoto. Pero la devastación emocional sufrida por estos pequeños es infinitamente mayor.

Es por ello que está meritoria labor debe ser apoyada por el mundo entero, dejando de lado temas políticos de los cuales nada saben los niños. Del éxito del programa en su esfuerzo de sanación emotiva depende el futuro y la felicidad de miles de familias.

Fuente: CNN

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