Cuando el niño se chupa el dedo: Del autoerotismo a la socialización
Si bien es un placer natural y normal en los primeros meses de su vida, de continuar por mucho tiempo el chuparse los dedos puede tener efectos contraproducentes en el normal desarrollo del niño.
El chuparse los dedos en los niños es normal, sobretodo en los primeros meses en los que esta forma de autoerotismo es más común. Conforme pasan los años, los niños maduran y migran del autoerotismo a la socialización. Este cambio debe suceder alrededor de los dos años. Pero se dan muchos casos en los que la ansiedad y la falta de afecto y cariño, por ejemplo, retrasan este cambio hasta los 4 años, lo cual tampoco es raro.
En el proceso de separación y visualización de la madre como una persona que ya no es parte de él, pueden sucederse angustias en el niño, sobretodo cuando estan solos o con personas nuevas o con las cuales no están muy familiarizadas.
El chuparse los dedos es natural como calmante para momentos de angustia. Es una regresión gratificante. Las angustias, que son la causa más común, se dan en múltiples casos, como por ejemplo cuando los papás se van de viaje por varios días, cuando llega el hermanito a casa, o también al ingresar al nido, pues el engreído de la casa tiene que separarse por algunas horas de su mamá, a la que se había acostumbrado tanto.
También sirve de alivio en las horas previas al sueño. El sueño es percibido por el niño como un momento en el que pierde el control y se deja llevar. La inseguridad frente a esta falta de control provoca al pequeño la búsqueda de un consuelo rápido y nada mas a la mano que los dedos.
Sin embargo, todo tiene su momento. Si esta conducta se mantiene después de los 4 años se considera un síntoma de que algo no esta bien; lo más probable es que este manifestando problemas para relacionarse. En estos casos la ansiedad es tan grande que puede detener su desarrollo. Es necesario entonces preocuparse por darle mucho cariño y afecto al niño, estar en contacto y cerca de él.
Finalmente debe observarse si hay mejoría. De no ser así, siempre es recomendable el consejo de un especialista.
Foto: ElDía
El chuparse los dedos en los niños es normal, sobretodo en los primeros meses en los que esta forma de autoerotismo es más común. Conforme pasan los años, los niños maduran y migran del autoerotismo a la socialización. Este cambio debe suceder alrededor de los dos años. Pero se dan muchos casos en los que la ansiedad y la falta de afecto y cariño, por ejemplo, retrasan este cambio hasta los 4 años, lo cual tampoco es raro.
En el proceso de separación y visualización de la madre como una persona que ya no es parte de él, pueden sucederse angustias en el niño, sobretodo cuando estan solos o con personas nuevas o con las cuales no están muy familiarizadas.
El chuparse los dedos es natural como calmante para momentos de angustia. Es una regresión gratificante. Las angustias, que son la causa más común, se dan en múltiples casos, como por ejemplo cuando los papás se van de viaje por varios días, cuando llega el hermanito a casa, o también al ingresar al nido, pues el engreído de la casa tiene que separarse por algunas horas de su mamá, a la que se había acostumbrado tanto.
También sirve de alivio en las horas previas al sueño. El sueño es percibido por el niño como un momento en el que pierde el control y se deja llevar. La inseguridad frente a esta falta de control provoca al pequeño la búsqueda de un consuelo rápido y nada mas a la mano que los dedos.
Sin embargo, todo tiene su momento. Si esta conducta se mantiene después de los 4 años se considera un síntoma de que algo no esta bien; lo más probable es que este manifestando problemas para relacionarse. En estos casos la ansiedad es tan grande que puede detener su desarrollo. Es necesario entonces preocuparse por darle mucho cariño y afecto al niño, estar en contacto y cerca de él.
Finalmente debe observarse si hay mejoría. De no ser así, siempre es recomendable el consejo de un especialista.
Foto: ElDía
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