El Hijo Preferido

Es un tema bastante recurrente y que sume a muchos padres de familia en la discusión y la culpa. Es sólo cuestión de enfocar el asunto desde una perspectiva mucho más sana. Y es que no es posible querer a todos los hijos por igual, sino que a cada uno se le quiere de una manera peculiar y personalizada, que no puede compararse como "más que" o "menos que" a los demás. No se trata de aspectos de cantidad, sino de ese modo especial de querer a cada uno de los hijos. Esto último suele expresarse, de manera desafortunada, como "a todos igual", cuando la verdad es que si se quiere bien se le quiere a cada hijo de manera distinta.

Incluso los hijos no se sienten bien queridos cuando se dan cuenta de que muchas cosas se hacen supuestamente para no dar la preferencia a ninguno. Eso es más una norma judicial que una espontaneidad en el amor. Eso no agranda el amor a cada uno sino que empareja -como una podadora- a todos para que queden igualados, de forma antinatural. Un ambiente familiar en el que se acostumbra comparar lo que se da a cada uno de los hijos, se deteriora rápidamente. Siempre hay que suponer y aceptar que se vivirán rechazos o preferencias. Esta preferencia es todo lo contrario a un problema cuando cada hijo se siente tan querido que todos se consideran el preferido, y con razón.

Un rasgo especial en uno de los hijos, como su amabilidad, debilidad o cercanía lo hace muchas veces el preferido, no solo de los padres, sino de los hermanos. En el caso de los niños de dos años los celos infantiles son una reacción ante la preferencia de mamá por el hermanito recién nacido. Como esa preferencia no la puede compartir tan fácilmente, por las características propias de su edad, el niño de dos años se encuentra en el ojo de un conflicto. Pero hay que tener en cuenta que lo malo no es la preferencia sino la discriminación, la polaridad para con el rechazado. Eso sí es grave.

La diversidad de las preferencias de papá y mamá propician situaciones tensas, verdades a medias, encubrimientos ante posibles castigos, castigos, castigos vengativos, sobornos, chantajes por parte de los padres y de los hijos, alianzas con el "protector", etc. Eso convierte la vida familiar en una complicada red de estrategias de guerra, donde cualquier esfuerzo sereno de maduración del amor es imposible. Por un hijo preferido pueden haber varios maltratados. es necesario aceptar que se debe querer a cada hijo por lo que es y por lo que hace, por sus características que lo hacen único e imposible de querer exactamente igual que a sus hermanos, por el mismo motivo.

Tags Blogalaxia: , , , , .

0 comentarios:

Publicar un comentario