Importancia del Nido o Jardín de Infancia

Para muchas madres jóvenes la importancia de un Jardín de Infancia fácilmente accesible representa una verdadera bendición. Este les resuelve el problema de dónde dejar al niño bien atendido, al menos durante algunas horas del día. Sin embargo, esta no es su principal ventaja. Aunque la mamá no trabaje o aunque disponga de tiempo suficiente para atender al niño, hará bien al enviarlo al Jardín.

El propósito principal del Jardín es el de cimentar las bases de aprendizaje escolar. El niño se acostumbrará muy pronto a trabajar en unión de otros niños y bajo la dirección y supervisión de una maestra, en actividades compartidas y organizadas. Esto, sin duda muy importante para todos los niños, lo es más aun por ejemplo para el hijo único, o para los que no tienen muchas oportunidades de jugar con otros pequeños de su edad.

El Jardín de Infancia es el sitio ideal para que el niño aprenda, por experiencia propia, a conocer la alegría y la satisfacción que se derivan del trabajo colectivo. Esta sensación es mucho más importante de lo que suponemos para su mejor desarrollo emocional. Además, en el Jardín el niño aprende gradualmente a vencer su timidez y su egoismo, a respetar una autoridad diferente de la de sus padres, a desarrollar constructivamente habilidades innatas o adquiridas, a manifestar su iniciativa, y a compartir tanto ideas como sentimientos. Todas éstas son actitudes básicas positivas que conviene que el niño adquiera antes de entrar a una etapa de aprendizaje académico más formal.

Y desde el punto de vista físico, el Jardín también suele surtir efectos benéficos, ya que las actividades y juegos que ahí tiene lugar contribuyen muchísimo al mejor desarrollo de la habilidad manual, de la agilidad, de la coordinación muscular y visual, de las facultades auditivas en relación a la apreciación de la música y del canto. Intelectualmente, la mente infantil se acostumbra a captar, asimilar y aplicar las instrucciones recibidas para llevar a cabo tareas distintas.

En estos tiempos cualquier oportunidad de prever una mejor preparación y desarrollo integral de nuestros hijos no debe ser desaprovechada. De esta manera ellos podrán evolucionar por las distintas etapas formativas sin mayores problemas, al mismo tiempo que se cultiva su capacidad de enfrentarse a un mundo cada vez más competitivo y complejo.

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