Cómo distinguir los Chichones Leves y Graves en los Niños
Los niños pequeños suelen tener largas listas de caídas y golpes en su corta vida. Eso es algo normal, considerando su afán por experimentar, reconocer, utilizar sus habilidades y expresar su alegría de vivir. Es lo natural en cualquier niño. Si como consecuencia de estos golpes o caidas le sale un chichón, te aliviará saber que la mayoría de los casos no son graves y sólo necesitan de aplicarle hielo o un metal frío en la zona hinchada. Si al poco tiempo el niño vuelve a su actividad normal, no ha sido más que un susto. Pero debes llevarlo al médico de inmediato si ves en él alguno de estos síntomas:
- El chichón no deja de crecer, a pesar de la aplicación del frío.
- Tiene hinchazón por detrás o por delante de alguna de las orejas.
- Le duele mucho la cabeza y no duerme.
- El golpe lo dejó totalmente inconciente.
- Le duele el cuello.
- Está confuso, adormilado, te cuesta mantenerlo despierto o tiene un comportamiento extraño, muy alocado.
- Tiene dificultad para hablar, ve borroso o camina haciendo "eses".
- Tiene las pupilas dilatadas o fijas (no se le cierran ni muestran ninguna reacción ante los cambios de luz).
- Vomita más de tres veces después del golpe, en un período de 24 horas.
- Sigue llorando pasados diez minutos de golpe.
Recuerda siempre mantener la calma al observarlo y cuidarlo. De lo contrario, podrías transmitirle tu ansiedad y asustarlo aun más de lo que ya está. Conociendo y teniendo en cuenta estas posibles manifestaciones de mayores daños, podrás actuar con mayor seguridad y tranquilidad cuando tu niño sufra algún accidente.
Foto: Padres Ok
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