Cómo manejar la imagen navideña de Papa Noel en los Niños

Por muchas razones a los padres de familia puede resultarles difícil tocar el tema de Papa Noel o San Nicolás con sus hijos. Ya sea por razones económicas, religiosas o hasta ideológicas, algunos grupos familiares se resisten a introducir a este personaje en la celebración de las Fiestas Navideñas en su hogar. En algunos hogares encaja menos que en otros. Por ejemplo, si la Navidad se celebra en Ecuador o en Nueva Zelanda en pleno verano, ¿qué hace un viejito arropado con saco grueso de pieles al lado del niño Jesús, apenas cubierto con un pañalito de tela?.

Asímismo, razones contrarias al consumismo que caracteriza nuestra sociedad, le cierran la puertas a este personaje, debido a que el verdadero agasajado de esa noche es Jesús, que no trae ningún regalo ni incita al consumismo. También los bajos presupuestos familiares en las naciones en desarrollo auyentan a este mágico abuelito de miles de casas, pues los padres, que a las justas pueden hacerles algunas ropitas a sus niños o conseguir algo de panetón y chocolate en las tiendas o en la iglesias, temen que la ilusión produzca angustia en sus hijos, debido a su necesidad de cosas que no se les pueden comprar.

La ilusión de un niño es una de sus virtudes y su más importante ventaja frente a los adultos. La vida misma es una mezcla de fantasías, imaginación e ilusiones para ellos. Luego, conforme nos hacemos mayores, la fría realidad nos vuelve más concretos, escépticos y críticos. Es parte de la evolución del individuo. Pero no por ello debemos empezar a inculcar esas propiedades de adultos en nuestros hijos desde temprana edad. Todo tiene su momento y debe permitírsele al niño vivir y experimentar cada momento según su particular manera de ver la cosas.

Es cierto que la figura de Papa Noel, que en principio no tenía nada que ver con el consumismo, ha sido manipulada con intereses comerciales. Pero también es cierto que los niños no lo captan así. Para ellos es un ser fantástico que en una sola noche es capaz de volar a las casa de todos los niños del mundo y dejarles algún obsequio si se portan bien. El personaje puede así ser tomado de diversos ángulos, muchos de ellos útiles en la formación del pequeño.

Antes de los dos años, es poco probable que los niños entiendan la figura sin confundirla demasiado entre el plano real y el imaginario. A partir de esta edad ya se puede introducir, con algunas recomendaciones:

  • No centrar las fiestas en Papá Noel. La Navidad es la celebración del nacimiento del Hijo de Dios en el mundo católico. Ante la publicidad típica de la temporada, procurar vincularla siempre con las festividades centrales.
  • No presentarlo como un regalador de juguetes indiscriminado y engreidor. Hay ciertas condiciones que los niños deben cumplir (dormirse para que él entre a casa, obedecer a papá y mamá, elegir uno o dos juguetes como máximo, portarse bien durante el año, etc).
  • Ajustar el personaje a la realidad de cada familia. Un niño recibirá un regalo de Papa Noel como un tesoro invalorable. No te esfuerces innecesariamente en adquirir juguetes caros o de moda. Lo que buscan los niños es algo con qué jugar, no importa la marca; ni siquiera que la tenga.
  • Hablar con el niño sobre el personaje, su historia, dónde vive, etc. De manera breve y sencilla. Si tu hijo se interesa más y te hace preguntas, recién ahí ampliarle el tema.
  • Papa Noel no es el único que regala en Navidad. Los abuelitos, los papás, los padrinos, etc. también pueden regalar, en la medida de sus posibilidades.
  • Dejar que el niño asista a escenificaciones de Navidad, tanto al aire libre como en locales infantiles. Que participe de la decoración de la casa, de las compras, canciones, etc.
  • Al salir a la reunión de familia, dejar los regalos listos debajo del árbol o en un lugar visible. Incentivar la imaginación del niño sobre este aspecto.
  • No se sienta comprometido a participar de las fiestas de otra manera que no sea la que usted y su familia estan en posibilidades de hacerlo. No cometa el error de descuidar temas más importantes (educación, ahorros, etc) por impresionar o aparentar frente a los demás.
  • La ilusión se irá sola y será reemplazada por otra o por otras. No fuerce estecambio. Al primer síntoma sí, diríjalo suavemente.

LaDeclaración de los Derechos del Niño ya hace alusión a su derecho de gozar de una infancia feliz. Su exclusión de las celebraciones y la aplicación de restricciones innecesarias afectarán su socialización y le harán más daño que bien. Todos tuvimos la oportunidad de gozar de las Navidades con ilusión y expectativa. Es la misma ilusión que nos ayudó luego para desarrollar nuestra capacidad de abstracción, uno de los fundamentos de todo pensamiento crítico y libre.

Foto: El Pais

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