Cuentos Infantiles de Navidad: El Niño Lustrabotas (1ra Parte)

En esta ocasión queremos compartir contigo una creación que para nosotras es muy especial, pues se trata de un cuento navideño (adaptado de "La pequeña vendedora de fósforos") que nuestros niños representaron hace un par de años en el Jardín de Infancia y guarda para nosotras los mejores recuerdos de la Navidad de aquel año. Las memorias más lindas son las de los niños actuando frente a papá y mamá y los rostros orgullosos de estos últimos al ver a sus hijos vestidos como los personajes del cuento y desenvolviéndose ante un público. La historia, los diálogos y la escenificación puedes adaptarla libremente de acuerdo con la edad, el número de tus niños y su nivel. Los beneficios de eventos como estos están básicamente referidos a la socialización, expresión integral, memoria y psicomotricidad. Deseamos que tú también te beneficies de alguna manera, brindándote una idea que esperamos te sea de utilidad. En atención a su longitud, creimos oportuno presentártelo en dos partes.

EL NIÑO LUSTRABOTAS

Narrador: Era aquél un hermoso día soleado de diciembre. En la ciudad se respiraba el dulce aroma de la Navidad. Las tiendas estaban lindamente decoradas con guirnaldas y luces de colores. Lia caminaba por la calle con Papá y Mamá, maravillándose con todo lo que veía. Con cada cosita que le gustaba, le insistía a su mamá una y otra vez para que se lo compre. En eso, a un lado de la calle, vio a un niño lustrabotas sentado en la vereda. Mientras sus padres entraban a una tienda, ella aprovechó un instante y se acercó.

Lia: Hola, ¿cómo te llamas?
Alvaro: Hola, me llamo Alvaro
Lia: ¿Y qué haces en medio de la calle?
Alvaro: Soy lustrabotas
Lia: ¿Puedo ver cómo lustras?
Alvaro: ¡Claro!

Narrador: A las personas que venían por la calle se las veía muy preocupadas. Una niña muy triste se acercó a ellos.

Lia: ¿Qué te sucede?
Florencia: Me siento triste
Alvaro: Déjame lustrar tus zapatos (Alvaro le lustra los zapatos y a Florencia le llueve purpurina)
Florencia(viendo sus zapatos, asombrada): ¡Qué lindos! ¡Muchas Gracias! (y se va saltando feliz)

Narrador: Luego se les acercó una niña que estaba llorando porque se le había perdido su osito. Sus zapatos estaban sucios de tanto andar buscándolo. Se acerca al lustrabotas para que se los limpie.

Lia: Hola, ¿por qué lloras?
Mariel: Se me perdió mi osito
Lia: No te preocupes, ya lo encontrarás
Alvaro(Le ha estado lustrando sus zapatos): Con fé todo es posible

(Llueve purpurina sobre Mariel y Florencia)

Mariel(emocionada y señalando al frente): ¡Miren, mi osito! (va a recoger el osito y se va)

Fotos: Fundacion Felices Los Niños, Misioneros del Sagrado Corazón

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