Estimulando al Bebé con Masajes en Casa

Las ventajas de dar masajes a los bebés y niños pequeños son innumerables. Entre las más importantes está la de ser un factor que estimula poderosamente las conexiones neuronales y la inteligencia. En generaciones anteriores, ya se tenía plena conciencia de la influencia del tacto en la relación entre el niño y sus papás. Decimos esto último pues los masajes para bebés deben ser dados por sus progenitores. No sólo eso, sino que es muchísimo mejor que esto sea así, pues la conexión emotiva con el pequeño y los vínculos de cariño y protección serán más firmes, con sus consiguientes beneficios en la formación personal del pequeño.

Diversos estudios han demostrado que estimular a los niños hasta los tres años contribuye a que los niveles de desarrollo de las sinapsis (conexiones neuronales) lleguen al máximo. Las caricias transmitidas a través del masaje son un poderoso vehículo de afecto, confianza, seguridad y de contribución al desarrollo psicomotor del bebé.

Para iniciar la sesión de masaje, se recomienda hacerlo después del baño y antes de dormir. Bastan diez a quince minutos, durante los cuales se pondrá música suave, se verificará que el pañal esté limpio y el bebé cómodo, y se procurará que el ambiente sea templado, pues el bebé estará desprovisto de toda prenda. Los papás deben estar con disponibilidad emotiva total. Ellos son los indicados para un masaje total, no así las maestras que, por razones éticas, sólo pueden limitarse a las extremidades. El procedimiento es el siguiente:
  • Ubicamos al bebé en una extensión plana y suave.
  • Nos ponemos un poco de aceite de bebé o crema para lograr mayor suavidad.
  • Se va de arriba hacia abajo, de la cabeza a los pies.
  • Mantener el contacto visual y verbal suave y cálido
  • Aplicamos los masajes en sentido circular, vertical u horizontal.
  • Para masajear el vientre, se debe empezar por debajo de las costillas y bajar; siempre en sentido circular.
  • Para la espalda damos vuelta cuidadosamente al pequeño y utilizamos sólo la yema de los dedos, suavemente. Se recomienda sumo cuidado en la columna.
  • Luego flexionamos sus rodillas ligeramente, apenas con un poco de presión al nivel de los muslos.
  • Los pies toleran una presión mayor al resto del cuerpo. Empezamos por los tobillos y seguimos hacia los pies con caricias circulares.
  • Finalmente, repasamos todo el cuerpo de pies a cabeza con masajes que se van cruzando y complementando.

Al realizar esta entrañable sesión de amor, podrás apreciar claramente las señales de agrado y relajamiento del bebé. Su mirada en tí, su conciencia en tu conciencia. Una experiencia única, un tesoro que nadie te podrá arrebatar jamás.

Fotos: Renuevate, Autocrecimiento, Nabar, Remi

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